Es increíble lo que genera la falta de cariño en una. Me sostienen un segundo la mirada y ya me enamoré. No importa si es un pibe de 20 o un señor de 50. Tampoco importa mucho si es casado con hijos. Da igual. Me quitás una pelusita del hombro, me hacés un chiste pavo o me rozás la uña, y ya me estoy imaginando sexo desenfrenado con vos atrás de una columna. Qué fácil soy!
Lo peor es que con toda esa vulnerabilidad sexual,así y todo, no pica nada! Debe ser paupérrima mi imagen y no me estoy dando cuenta...
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